Las organizaciones destinan gran parte de sus recursos a poner en marcha proyectos que muchas veces resultan más de lo mismo, es decir, que son iniciativas “de moda” pero que agregan poco valor a los procesos de gestión existentes. Esta problemática tiene que ver con la falta de comprensión entre lo que es un proceso de gestión y una herramienta de gestión. Un proceso de gestión es inherente a todo tipo de organización, en tanto que, una herramienta de gestión, es una forma específica de abordar las necesidades detectadas en algún proceso de gestión.